domingo, 22 de julio de 2018

                      LA  INDOLENCIA DE UN PUEBLO


                                CONTRA SI MISMO 



     Hoy me desperté temprano para ir a cobrar la bendita pensión para poder disponer de efectivo para la movilización en transporte público, no disponía de efectivo para el pasaje mi hijo completó para poder regresar de Santa Cruz una ves terminara en el  banco, en el trayecto no tubo contratiempos y con la suerte de que el sitio al que me dirigía estaba en la ruta del autobús al llegar a allá me integre a la fila de espera,
escuchando las conversaciones de los otros pensionados pude darme cuenta de que habían cambiado el cronograma, para el pago de pensiones atrasandolo un dia, es decir me correspondía el dia siguiente, me asegude  de que había escuchado correctamente y me dispuse a partir de regreso a casa.
     Tenia lo que mi hijo me había proporcionado, y como era temprano quise caminar un poco y probar que tan colaboradores eran los se desplazaban en los autos, así que comen se a pedir aventón
y camine desde la calle donde me dejó el colectivo en Santa Cruz hasta pasados unos 120 metros después del Centro Comercial Cedimar, les hice señas a varios vehículos particulares y de carga ligera o utilitarios y todos fueron indolentes, hubo quienes hicieron señas de que se desviarían o se detendrían cerca pero todos siguieron de largo hacia Cagua y debo agregar que la mayoría de los que se negaron era gente joven
     Sólo un señor mayor y dos señoras
mayores pasados ellos de los 50 años, en una camioneta vieja de color amarillo, se detuvieron y me trajeron hasta Cagua.
Lo más preocupante de todo esto es que la gente se a vuelto en desconfiada convertido en indiferente por causa de los altos indices de delincuencia en todos los ámbitos de la vida cotidiana



las imagernes sin solo ilustrtivas